Mezcla de historia y modernidad definitivamente
Londres es la capital de Europa, su oferta cultural y de entretenimiento es muy
completa, la moda, la vanguardia, la tradición y la irreverencia están al orden
del día; la herencia de las colonias del
imperio perfuma los restaurantes de esencias y especias. Cosmopolita como muy pocas, tiene oferta para
todos los gustos, desde los que prefieren el té, hasta los que quieren gin tonic.
Tate Modern es el nombre por el que se conoce el Museo Nacional Británico de Arte Moderno. Lo que fue una central eléctrica, desde su apertura el 12 de mayo de 2000, se ha convertido en la segunda mayor atracción de Londres. La entrada es gratuita para la exhibición permanente. Siempre hay una explosión temporal de algún maestro de la pintura, aquí solo se exhiben los artistas más importantes del mundo, el que cuelga obra en la Tate, entra a formar parte de la lista de los mejores.
En la Serpentine Gallery, en Kensington Gardens, reinaugurada en otoño de este año, los artistas no solamente cuelgan su obra, sino que pueden intervenir los jardines, y los espacios en general, en esta ocasión presenta la instalación monumental del argentino Adrián Villar Rojas.
La galería de Victoria Miro, es un espacio
elegante y discreto, me deleité con
la obra de la japonesa Yayoi Kusama,
esta artista se declara esquizofrénica y vive en un hospital psiquiátrico; sufre alucinaciones visuales y auditivas,
tendencias obsesivas y depresión… En
medio de este mundo de locura, a través de la repetición produce obras de extrema densidad visual,
física y conceptual. Me encanta… favorita de la crítica ha expuesto su obra en
los principales museos del mundo, incluído el Modern Tate.
En el espacio White Chapel, me encontré con la obra irreverente y cruda de Sarah Lucas, quien desde los 90s ha tenido reconocimiento en el grupo de los Jóvenes Artistas Británicos (Young British Artists o YBA's ). Su obra aguda, ingeniosa y dramática, hace gran énfasis en sexo, deformidad, violencia y sensacionalismo, tipifico de los YBAs. Con fanáticos y detractores de su obra es un exponente del arte inglés contemporáneo… Me impacto.
No se puede venir a buscar la vanguardia en
Londres y no toparse con la obra de Damien Hirst, también del grupo de
Young British Artists, de quien ya hemos
hablado en este blog. Desde el
comienzo de su carrera se forjó una reputación de niño terrible, hoy a los 46 años, Hirst es uno de los
artistas más cotizados del mercado; descubrí su galería “Other Criteria”
con una muestra de su obra reciente Souls:
Grabados de mariposas.
El espacio Houser
& Witrth en Bond Street presenta obras de artistas consagrados que
tienen una trayectoria recorrida en la escena internacional, el espacio es generoso
y permite ver obras de gran formato en
toda su dimensión. En una sus sedes presenta obras entre los 50s y los 60S de
la Onnasch Collection.
Sadler Wells queda en una zona que me
encantó que se llama Islington, me encontré con una oferta de restaurantes y pubs
muy buena, en el lugar se ven jóvenes ejecutivos, artistas,
diseñadores que le dan toque hippy chic,
hay tiendas de zapatos con diseños únicos y almacenes de objetos vintage muy especiales.
El Royal Albert Hall tiene una cartelera variada y para todos los gustos, presenta grandes orquestas de música clásica, estrellas del pop y del rock, jazz y hasta Folk… Tiene programación incluso para aquellos que se sienten cultísimos en el Cique du Soleil. Esta vez pude ver a un coro de 300 personas, acompañando a solistas de primer nivel con la orquesta filarmónica de la BBC en el Réquiem de Guerra de Bejamin Britten… Hermoso y conmovedor.
El Royal Opera House, en Covent Garden, es
el escenario de la “Gran Opera”, aquí se presentan las divas y divos del mundo
de la lírica, las puestas en escena son esplendidas,
parecen cuadros pintados en el
renacimiento, disfruté al máximo la versión de Les Vepres Siciliennes, de Verdi, en una producción deslumbrante en escenografía, decorados y
vestuario, que incluía además ballet… espectacular.
La zona de caferías anexada al teatro, se usa en los intermedios para disfrutar una champaña con pasabocas, me fascina la integración de estos dos espacios, la opera en el ROH es una experiencia que vale la pena vivir.
Si se trata de ver puestas en escena de vanguardia y totalmente transgresoras, el English National Opera en el teatro Coliseum, tiene propuestas muy interesantes. Las óperas son todas traducidas y cantadas en Ingles, aunque musicalmente el ROH es de calidad superior, el esfuerzo creativo y conceptual de este espacio salta a la vista.
Disfrute muchísimo una versión de “La flauta Mágica” de Mozart, un artista plástico garabatea y utiliza elementos en vivo que proyecta sobre un telón semitransparente, creando una escenografía de fábula y fantasía… perfecto para esta ópera… La crítica normalmente es dura con estos montajes porque exploran nuevas formas de narrativa y cambian totalmente el contexto original.
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