jueves, 26 de febrero de 2015

DORIS SALCEDO

EL ARTE COMO CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA


Doris Salcedo es una de las artistas colombianas más conocidas internacionalmente, posiblemente la más importante,  el 21 de febrero el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago inauguró la retrospectiva de la artista con sus obras más emblemáticas; a partir del 26 de junio la exposición pasará al Guggenheim de Nueva York y el 6 de mayo de 2016 estará en el Museo Pérez de Miami. Pocos artistas latinoamericanos han gozado de semejante reconocimiento.

 
Haber nacido en una Colombia violenta ha marcado la vida y la obra de Doris Salcedo, de hecho estaba a dos cuadras del Palacio de Justicia cuando ocurrió la toma del grupo guerrillero M19 en 1985; esta dura realidad del país se convirtió en el eje de su obra,  sus piezas reflejan la brutalidad del poder, la fragilidad de la vida humana, el desplazamiento, la desaparición forzada y la muerte, que conllevan al dolor, a  la ausencia y la memoria... sus  temas recurrentes. 

Sin embargo esta temática no se presenta de forma explícita, no es literal, ni cruda, es más bien sutil y metafórica, en su obra conviven la tensión entre vida-muerte y presencia-ausencia, que se refleja a través de la superposición de objetos, la mezcla de materiales orgánicos e inorgánicos y el uso de cosas llenas de carga humana como sillas, camas, mesas, zapatos, armarios y camisas. 
















 












 








El arte de Salcedo es totalmente político, es un espacio público de construcción de memoria;  la violencia que surge del poder del opresor desde el punto de vista del vencido y de la memoria de los familiares que recuerdan a sus desaparecidos.








Su obra Shibboleth en Sala de Turbinas de la Tate Modern, Meca del arte moderno en Londres, es una de sus instalaciones más famosas;  esta gran grieta que atravesaba la sala remarcaba la separación entre el primer y el tercer mundo, además de ser una crítica al racismo y la exclusión.







 
 
 
 
 
 
 
 
Ganadora en el año 2010 del premio Velázquez de las Artes que otorga el Ministerio de Cultura Español, siendo la primera mujer que lo recibe. Becada por la Fundación Guggenheim y Penny McCall, ha expuesto en los museos más importantes como el MoMA, el Centro Pompidou, la Tate Modern y el  Centro Reina Sofía entre otros.

 
En julio del  2014 recibió el Premio de Arte de Hiroshima, por “crear trabajos preocupados por las víctimas de la violencia, trascendiendo el luto de la muerte e incorporando la esperanza de poder renacer”, ‘A flor de piel’ instalación hecha con miles de pétalos de rosa.









Sin lugar a dudas… Una de las grandes en la plástica colombiana y del mundo.


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