EL ARTE COMO CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA
Doris Salcedo es una de las artistas colombianas más conocidas internacionalmente, posiblemente la más importante, el 21 de febrero el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago inauguró la retrospectiva de la artista con sus obras más emblemáticas; a partir del 26 de junio la exposición pasará al Guggenheim de Nueva York y el 6 de mayo de 2016 estará en el Museo Pérez de Miami. Pocos artistas latinoamericanos han gozado de semejante reconocimiento.
Haber nacido en una Colombia violenta ha marcado la vida y
la obra de Doris Salcedo, de hecho estaba a dos cuadras del Palacio de Justicia
cuando ocurrió la toma del grupo guerrillero M19 en 1985; esta dura realidad
del país se convirtió en el eje de su obra,
sus piezas reflejan la brutalidad del poder, la fragilidad de la vida
humana, el desplazamiento, la desaparición forzada y la muerte, que conllevan al
dolor, a la ausencia y la memoria... sus
temas recurrentes.
Sin embargo esta temática no se presenta de forma explícita,
no es literal, ni cruda, es más bien sutil y metafórica, en su obra conviven la
tensión entre vida-muerte y presencia-ausencia, que se refleja a través de la
superposición de objetos, la mezcla de materiales orgánicos e inorgánicos y el
uso de cosas llenas de carga humana como sillas, camas, mesas, zapatos,
armarios y camisas.
El arte de Salcedo es totalmente político, es un espacio público de construcción de memoria; la violencia que surge del poder del opresor desde el punto de vista del vencido y de la memoria de los familiares que recuerdan a sus desaparecidos.
Su obra Shibboleth en Sala de Turbinas de la Tate Modern, Meca
del arte moderno en Londres, es una de sus instalaciones más famosas; esta gran grieta que atravesaba la sala
remarcaba la separación entre el primer y el tercer mundo, además de ser una
crítica al racismo y la exclusión.
Ganadora en el año 2010 del premio Velázquez de las Artes
que otorga el Ministerio de Cultura Español, siendo la primera mujer que lo
recibe. Becada por la Fundación Guggenheim y Penny McCall, ha expuesto en los
museos más importantes como el MoMA, el Centro Pompidou, la Tate Modern y
el Centro Reina Sofía entre otros.
En julio del 2014 recibió el Premio de Arte de Hiroshima, por “crear trabajos preocupados
por las víctimas de la violencia, trascendiendo el luto de la muerte e
incorporando la esperanza de poder renacer”, ‘A flor de piel’ instalación hecha con miles de pétalos de
rosa.
Sin lugar a dudas… Una de las grandes en la plástica
colombiana y del mundo.
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